No hay relación entre alergia al yodo de marisco y reacción adversa a contraste radiológico
Es habitual que se piense que el paciente con sensibilidad alérgica al yodo (que se encuentra en gran cantidad en los nutrientes del marisco) se crea que es también candidato a una reacción adversa al contraste radiológico yodado.
En este artículo, publicado en mayo de este 2013 por Steven Rothrock, MD, se argumenta este mito o relación tradicional entre los pacientes alérgicos al marisco con las reacciones adversas al contraste radiológico, bien el usado en TC o en Urografía Intravenosa.
Por tanto, es posible que haya que pensar que no hace falta realizar la pregunta "¿es usted alérgico al marisco?", tras leer esta argumentación:
Hay una idea errónea generalizada de que las personas que son alérgicas a los mariscos también son alérgicas a contraste intravenoso se administra durante una tomografía computarizada. El yodo ha sido propuesta como el agente común a ambas de estas sustancias responsables de esta alergia. Varios grandes críticas han puesto de manifiesto el mito detrás de este error. (1-4)
En la argumentación encontramos que nadie es alérgico al yodo, y que las reacciones alérgicas a los crustáceos y peces se han demostrado que se debe a las proteínas dentro de sus músculos (tropomiosinas, parvalbúmina) y no a su contenido de yodo
Efectos adversos de la Resonancia Magnetica
Efectos adversos de la Resonancia Magnética
Desde la introducción de la resonancia magnética como técnica diagnóstica, el número de pacientes expuestos a campos electromagnéticos ha aumentado drásticamente. No obstante, actualmente se desconocen los riesgos que el uso de esta técnica puede tener sobre los pacientes. El objetivo de esta revisión es aportar los resultados obtenidos en los experimentos más relevantes llevados a cabo en los últimos años.
Artículo, de Juan José Delgado Moraleda. Estudiante de la Facultad de Medicina y Odontología. Universidad de Valencia (España), que puedes ver aquí
Efectos biológicos de MRI
La resonancia magnética nuclear se ha considerado hasta el momento una tecnología segura, pues se considera que efectúa un cambio en la posición de los átomos, sin afectar a su estructura.
Sin embargo, hay riesgos que se pueden derivar de la exposición a los tres tipos de radiaciones que se utilizan en la resonancia magnética: el campo magnético estático, el campo magnético variable y los pulsos de radiofrecuencia.
Campos electromagnéticos estáticos
Según los estudios, los campos electromagnéticos estáticos no poseen efectos secundarios para la salud humana, a excepción de algunos de poca importancia como náuseas, vértigo y sensación de sabor metálico.
Según la última guía clínica de la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP), que ha revisado estudios sobre este asunto realizados tanto in vivo como in vitro, ha determinado las cantidades máximas de radiación electromagnética a las que está recomendado exponerse en el ámbito laboral y para el público general.
Según sus conclusiones, para la exposición ocupacional, los niveles máximos serían de dos teslas para la cabeza y el tronco, mientras que serían de 8 teslas para los miembros. En cambio, serían de 400 microteslas para la población general en cualquier parte del cuerpo.
Campo electromagnético con gradiente (variable)
Durante una prueba de resonancia magnética, el campo de gradiente está constantemente siendo encendido y apagado. Por esta razón, en función del momento la radiación corresponde a frecuencia intermedia o a frecuencias extremadamente bajas (ELF o Extremely Low Frequency).
La IARC (International Agency for Research on Cancer) la clasifica en el grupo 2B, es decir, con posible riesgo carcinogénico para humanos. Esto se debe a que se ha sugerido una asociación entre los campos ELF y la leucemia infantil, a partir de un metanálisis realizado en el 2003.
Efectos de los pulsos de radiofrecuencia
Los efectos que más se han estudiado son los térmicos, pero también hay otros efectos: La temperatura de los cuerpos sometidos a pulsos de radiofrecuencia aumenta porque los tejidos absorben la radiación. Este fenómeno depende de las propiedades eléctricas y geométricas del tejido, de la frecuencia de la onda de radio empleada y de las veces que se repita este impulso.
Hay partes del cuerpo especialmente sensibles a los efectos térmicos de los pulsos de radiofrecuencia, como la córnea y los testículos, lo cual debe ser tenido en cuenta cuando se apliquen éstos.
Por otra parte, el hecho de que el paciente sea portador de tatuajes con pigmentos metálicos puede hacer que aparezcan reacciones causantes de quemaduras de primer o segundo grado.
Además, se han descrito algunos casos de quemaduras en pacientes que no poseían ningún implante ni pigmento metálico en su organismo. Esto se explica como consecuencia de la formación de bucles de corrientes eléctricas en el interior del paciente. No obstante, es un mecanismo poco conocido, dado que se trata de un fenómeno poco frecuente
La medida de la radiación absorbida recibe el nombre de SAR (Índice de Absorción Específico). Durante la realización de una resonancia magnética, no es posible medir la temperatura del paciente, así que el propio aparato de resonancia monitoriza la SAR de todo el cuerpo. Los valores de SAR (Índice de Absorción Específico) deben estar en todo momento por debajo de los niveles máximos establecidos por la IEC (International Electrotechnical Commission). Si el aparato detecta que se alcanzan estos niveles, detiene automáticamente el proceso. La SAR (Índice de Absorción Específico) se estima en una dosis de energía de 4W/kg, que se calcula que consigue aproximadamente un incremento de la temperatura corporal de 0,6 ºC y corresponde a un periodo de escaneado de entre 20 y 30 minutos (48).
Pese a esto, sigue existiendo el problema de las zonas particularmente sensibles a esta radiación que se verían afectados por este aumento de temperatura. Al respecto se han realizado diversos estudios (49) que pretenden de alguna manera atenuar los niveles de SAR (Índice de Absorción Específico).
Efectos del contraste de gadolinio
El gadolinio es una sustancia ferromagnética que se utiliza en resonancia magnética para mejorar la visualización de las estructuras vasculares.
En cuanto a la aparición de reacciones anafilácticas, para el gadolinio se han demostrado menos casos que para otros contrastes empleados en radiología, aunque existen. Concretamente, se ha documentado que la incidencia de reacciones de hipersensibilidad inmediata es del 0,079%, mientras que en pacientes que previamente mostraron este tipo de reacciones, la recurrencia es del 30%.
Además, se han demostrado efectos adversos más generales, como náuseas y vómitos, calentamiento local y daño de la piel, prurito, sudoración, inflamación y tromboflebitis.
También se ha documentado que pacientes con mala función renal pueden desarrollar una enfermedad conocida como fibrosis nefrogénica sistémica o dermopatía nefrogénica fibrosante. Los trabajos publicados hasta el momento sugieren un especial cuidado con los pacientes nefrópatas, en los que se seleccionará cuidadosamente el contraste ferromagnético menos nefrotóxico, se administrará la dosis mínima indispensable e incluso se valorará la posibilidad de realizar diálisis tras la exposición a estos contrastes.
Algunos estudios además señalan una influencia negativa del gadolinio sobre el sistema cardiovascular, siendo un antagonista de los canales del calcio y aumentando la actividad de la enzima convertidora de la angiotensina. Como consecuencia de estas acciones sus efectos perjudiciales sobre el organismo abarcarían elevación de la presión arterial, riesgo aumentado de trombosis, inflamación e hipertrofia vascular y miocárdica.
Con respecto a la administración de gadolinio a embarazadas y niños, es algo que todavía es objeto de estudio. Las recomendaciones en general intentan limitar las dosis de contraste ferromagnético en niños pequeños y eliminar la lactancia en las 24 horas siguientes a la administración de gadolinio a la madre.
Otros Temas relacionados:
Riesgos biológicos en las exploraciones por Resonancia Magnética
Embarazo y Resonancia
Glosario Español-Inglés de Imágenes de Resonancia Magnética
Casi una de cada tres resonancias magnéticas lumbares son innecesarias
En España se hacen cada año cerca de un millón de resonancias magnéticas lumbares. Cada una cuesta, de media, 244 euros. Solo hay que multiplicar para hacerse una idea del gasto que supone, entre la sanidad pública y la privada, esta prueba diagnóstica. Un gasto que, en muchos casos, es más bien un derroche, según un estudio publicado en la revista European Journal of Radiology y presentado hoy en la sede de la Organización Médica Colegial. Sus autores concluyen que aproximadamente el 30% de las resonancias realizadas por dolor lumbar son innecesarias. Y no es ese el único problema. Realizar esta prueba cuando no está indicada aumenta hasta un 400% el riesgo de que el paciente sea operado inútilmente, según ha explicado hoy el autor principal del estudio, Francisco Kovacs.
El trabajo, financiado por la Fundación Kovacs, recopiló datos de 602 pacientes atendidos en 12 servicios de radiología públicos y privados de seis comunidades autónomas. Los resultados demuestran que, como mínimo, el 11,9% de las resonancias magnéticas (RM) lumbares prescritas a pacientes con y sin dolor referido son inapropiadas. Un porcentaje que aumenta hasta el 17,2% en la sanidad privada y hasta el 27,8% entre los pacientes sin dolor irradiado a la pierna. El estudio es muy conservador, según Kovacs. "Se trata de porcentajes mínimos, no reales. Seguramente hay muchas resonancias entre las apropiadas que realmente no lo eran", ha explicado. La intención de los autores era asegurarse de que las RM clasificadas como dudosas o inapropiadas realmente lo fueran, aún a costa de considerar como apropiadas las que no. Kovacs añade que otros estudios hablan de un 80% de resonancias innecesarias.
"El derroche de recursos sanitarios es mayor en la privada que en la pública, así que no tiene sentido, como se está diciendo ahora, afirmar que la privada es más eficiente", ha afirmado Kovacs. El porcentaje de resonancias inapropiadas se duplica en la sanidad privada (17,2%) frente a la pública (7,4%), según los datos que proporciona el estudio, que también analiza el tiempo transcurrido entre la prescripción y la realización de la prueba. En la sanidad privada se tardaron, de media, cinco días. En la pública, 36.
"Estamos seguros de que ningún médico ha pedido una resonancia de mala fe, para dañar al paciente", ha precisado Kovacs, que ha explicado los posibles motivos del exceso de prescripciones innecesarias: ejercer la medicina de complacencia, es decir, la que da la razón a las peticiones del paciente; la medicina defensiva "para cubrirse las espaldas desde el punto de vista legal" o, en el caso de la privada, "los incentivos económicos para hacer resonancias magnéticas o para operar". En los 602 casos analizados (edad, sexo, nivel académico, motivo de prescripción, existencia o no de signos clínicos que se identifican como posibles causas para pedir una RM lumbar, etc.), la prescripción se clasificó como apropiada, dudosa o inapropiada de acuerdo con los criterios actualmente aceptados por la comunidad científica internacional, explican los autores. Solo con que hubiera un solo signo clínico que indicara la conveniencia ya se indicó apropiada.
El estudio también plantea soluciones, han subrayado sus autores. Una de ellas consistiría en dar mayor poder a los radiólogos, de manera que puedan negarse a hacer las pruebas o, al menos, hablar con los médicos prescriptores para analizar los casos. Estanislao Arana, radiólogo de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, ha afirmado que los resultados "demuestran que los radiólogos pueden identificar correctamente las resonancias magnéticas lumbares que no están justificadas, por lo que darles un mayor papel ayudaría a reducir los riesgos y costes innecesarios". Los autores también proponen aplicar programas de reducción del uso inapropiado de la RM lumbar y establecer mecanismos que alerten a los profesionales. También plantean desarrollar programas de educación sanitaria para los pacientes, de modo que sean conscientes de que las resonancias solo son útiles en algunos casos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)